Yo también soy anormal (dedicado a CR7)



¿Y qué? ¿Qué pasa? Me gusta que Cristiano Ronaldo siga diciendo, con un micro delante, lo que piensa. Nos pasamos la vida criticando que los futbolistas no sueltan más que topicazos y cuando hay uno que se sale del guión y dice lo que piensa, zasca, también le arreamos. En los últimos meses, la estrella madridista ha soltado tres sentencias, sinceras, de esas que, años atrás, Sergi Pàmies hubiera coleccionado en su espacio radiofónico del ‘Museo de frases antológicas’.

1. “No me gusta jugar así, pero me tengo que adaptar”. CR7 lo dijo en caliente, tras perder 0-2 ante el Barça en la ida de las semifinales de la Copa de Europa. Cuando se dio cuenta de que estaba criticando públicamente el sistema ultraatemorizado del entrenador, para un periodista de TV3, se largó temiendo el chaparrón que le vendría encima. Así fue. Mourinho, hombre rudo que trabaja con el sistema palo-zanahoria (más palo que zanahoria) le castigó dejándole fuera del Madrid-Zaragoza. Sin la estrella portuguesa, los maños dieron la sorpresa en el Bernabéu y Mourinho, por su pataleta, le regaló la Liga al Barça. Un campeonato que, de cualquier modo, hubiera sido azulgrana.

2. “Soy guapo, soy rico y soy un gran jugador. Por eso tienen envidia de mí”. De nuevo en caliente, tras la ducha en Zagreb, en un partido que recibió patadas hasta en el flequillo, un periodista le preguntó si entendía que en todos los campos la afición se metiera tanto con él. En un ataque de soberbia dijo tres grandes verdades. Es guapo, es muy rico y es uno de los mejores futbolistas del mundo. Nada que objetar. Sólo que, como se ha comprobado luego, sus humildes palabras han tenido efecto boomerang y las aficiones, en los estadios, todavía se cachondean más a su costa. Y, hablando de envidia y pidiendo disculpas de antemano por lo machista del comentario, algunos amigos míos a CR7 sólo le envidian la novia. Sí, esa modelo del anuncio de Intimíssimi. (“¿Ho haveu vist? La mare que em va parir”).

3. “Los gritos de ‘Messi, Messi’ son cosa de algunos anormales”. Ahí ya no estoy de acuerdo con Cristiano. En los campos de fútbol se escucha el catálogo entero de insultos a los colegiados y a los visitantes. De los más xenófobos a los homófobos rastreando todo lo éticamente incorrecto. Ojalá todo el mundo gritara con la ironía de los que, para joderle (y sin duda lo logran) corean el nombre de Messi. Prefiero un millón de veces el humor del Camp Nou cuando a Mourinho le canta ‘Vete al teatro o ‘Sal del banquillo’, “¿Por qué, por qué?” que no el vergonzoso, injusto y maleducado ‘ese portugués, hijo…’ Así, yo me apunto a los anormales que para fastidiar a CR7 le van a recordar el nombre del mejor jugador del mundo, un argentino quizá no tan guapo. En eso no podemos competir.